“Se nota, sin lugar a dudas, que todos se deslumbran con los anuncios de Ferrocarriles y del Ministerio de Obras Públicas cuando le dicen a la comunidad que pronto tendremos trenes y vías modernas a la Quinta Región con múltiples beneficios para los usuarios, pero no se dan cuenta del daño que generan en el gremio del trasporte de buses interurbano, ya que proyectan tarifas que tendrían los trenes que perjudican las expectativas de los empresarios y el normal funcionamiento de las empresas de buses. Antes nos criticaban porque nuestro servicio era caro, y ahora somos muy baratos, nos hacen competir con los aviones, y pronto con los trenes y, todos éstos, con apoyo estatal. La cancha está muy dispareja”.

Así de energética fue la reacción de Marcos Carter, presidente de la Federación Nacional de Buses de Transporte Interurbano de Pasajeros, Fenabus, ante el anuncio de “interés público” que se contiene en el acta de la sesión del Consejo de Concesiones del mes de mayo, del Ministerio de Obras Públicas, MOP, en donde ya se anuncian tarifas para los trenes que llegarán a Valparaíso y San Antonio.

Estas declaraciones públicas del MOP suponen tarifas de $5.500 a $5.829. Se trata de 2 megaproyectos que superan los 2.400 millones de dólares, que generarían trasporte tanto de pasajeros como de carga con una rentabilidad privada cercana al 10%. “Son cifras millonarias que lo único que hacen es desestabilizar al  trasporte de buses por carretera. Nosotros formamos parte de la historia de conectividad de nuestro país, prácticamente nuestras empresas abrieron caminos donde no los había, uniendo ciudades, pueblos y zonas rurales, de Arica a Punta Arenas, sin subsidios de ninguna especie. Por ello, con estos anuncios nos sentimos que nos ahogan, que nos aprietan, puesto que el Estado a través del Gobierno jamás nos ha ayudado, ni subsidiado. Y hoy, con público apoyo gubernamental, entre aviones y los trenes, nos van a reducir y, en lo pocos casos, a liquidar. Esto afectará a las familias de los choferes y a los dueños de buses, quienes se quedarán sin empleo y sin negocios”.  Puntualiza Marcos Carter.

“Para que se formen una idea del tremendo daño que podría causarse es necesario que se sepa que el transporte por carretera da empleo directo a no menos de 60 mil trabajadores y trabajadoras, e indirecto a alrededor de 150 mil. Y si eso agregamos las familias, el número de personas en riesgo a lo menos se triplica”, termina señalando Carter.